No puedo evitarlo, me derrito con sólo pensar en el tono de tu voz. Y te pienso, te recuerdo, te imagino. Y te escucho. Es que los recuerdos no me ayudan. No paran de atacarme cada vez que creo no escucharte. El eco de tu voz sigue resonando en mis oídos. Te escucho, como si fuera ayer. Y mi alma sonríe ingenuamente. Te escucho, estás cada vez más cerca. Puedo sentirte acercándote. Ya casi llegas, solo te restan unos pasos. Miro la puerta ansiando tu llegada.
Es en ese instante cuando mi cabeza me empieza a gritar, me baja de un hondazo a la realidad. Mi mejilla derecha se comienza a humedecer con las lágrimas que se dignan a aparecer otra vez. Como si fuera poco, como si no me bastará con extrañar tu sombra. Pero no, a mi corazón no le alcanza con saber que ya no estás. No, definitivamente, tiene que comprobar reiteradas veces que te perdí. Y mi alma ya no sonríe, ahora ella también llora. Vos ya no estás acá.
MI cabeza me recuerda que soy capaz de superar este dolor, salir adelante y continuar mi vida. Los días pasan y me convenzo erróneamente de que estoy mejor. Voy logrando cumplir todo lo que siempre soñé. Intento no escuchar a mi corazón. Hasta que el eco de tu voz vuelve a endulzarme los oídos, y mi alma se empeña en buscarte en cada aroma.
¿Pero a quién quiero engañar? Si mi alegría sólo tiene sentido, si puedo compartirla con vos. No me acostumbro a tu ausencia. No tengo esperanza alguna de estar bien, si estás tan lejos. No puedo dejar de necesitarte. No puedo dejarte ir. Pero tampoco puedo juzgarte, no puedo culparte, ni puedo dejar que mi corazón te condene. Tal vez algún día, pueda escucharte pronunciar palabras libres de dolor. Tal vez algún día, esto sólo sea un recuerdo más, de los que ya tenemos acumulados.
Y tal vez algún otro día, tu corazón logre no condenarme..
Es en ese instante cuando mi cabeza me empieza a gritar, me baja de un hondazo a la realidad. Mi mejilla derecha se comienza a humedecer con las lágrimas que se dignan a aparecer otra vez. Como si fuera poco, como si no me bastará con extrañar tu sombra. Pero no, a mi corazón no le alcanza con saber que ya no estás. No, definitivamente, tiene que comprobar reiteradas veces que te perdí. Y mi alma ya no sonríe, ahora ella también llora. Vos ya no estás acá.
MI cabeza me recuerda que soy capaz de superar este dolor, salir adelante y continuar mi vida. Los días pasan y me convenzo erróneamente de que estoy mejor. Voy logrando cumplir todo lo que siempre soñé. Intento no escuchar a mi corazón. Hasta que el eco de tu voz vuelve a endulzarme los oídos, y mi alma se empeña en buscarte en cada aroma.
¿Pero a quién quiero engañar? Si mi alegría sólo tiene sentido, si puedo compartirla con vos. No me acostumbro a tu ausencia. No tengo esperanza alguna de estar bien, si estás tan lejos. No puedo dejar de necesitarte. No puedo dejarte ir. Pero tampoco puedo juzgarte, no puedo culparte, ni puedo dejar que mi corazón te condene. Tal vez algún día, pueda escucharte pronunciar palabras libres de dolor. Tal vez algún día, esto sólo sea un recuerdo más, de los que ya tenemos acumulados.
Y tal vez algún otro día, tu corazón logre no condenarme..
adentro llueve, y parece que nunca va a parar..