lunes

Tu infierno está encantador.

y enloquecer con vos..


Tanto vos como yo somos conscientes de la perfección hecha realidad cuando nuestros cuerpos se abrazan. Como un rompecabezas indesarmable. Mis brazos encajan perfectamente en tu cuello, tus brazos encajan perfectamente en mi cintura. Nuestros sentidos se exaltan, nuestros latidos se aceleran, y son música para nuestros oídos. Viajamos a un mundo paralelo que sólo vos y yo conocemos. Y sé que los dos desearíamos alargar ese momento por siempre.
Tanto vos como yo somos testigos de la magia que inunda nuestras venas, con cada primer beso. Nos callamos por unos segundos, nos miramos fijamente por otros segundos. Ya sabemos lo que viene, ya sabemos cómo sigue, pero igual le damos lugar al bendito silencio. Nunca incómodo, nunca menos inoportuno. Nuestras mentes se nublan, y sólo dejamos que suceda. Pausado, con calma, pero con pasión. Apuesto lo que sea a que no existe conexión similar a la que nuestros labios son capaces de generar. Y repito, sé que los dos desearíamos alargar ese momento por siempre.
Tanto vos como yo sabemos cómo termina. Tanto vos como yo dejamos que pase, no paramos, seguimos sin chistar. Seguimos y no paramos. Bailamos la mejor danza que sabemos bailar juntos, entre las sábanas. Aunque al otro día nos mate la sensación de resaca que nos deja el roce de nuestros cuerpos, corramos el riesgo de sufrir abstinencia hasta el próximo encuentro, y no sepamos como huir para evitar despedidas que nos vuelvan vulnerables.
Ya pasamos por esto. Cantidad de años de idas, vueltas, y más idas. Montones de charlas, peleas, y reconciliaciones. Derroches de palabras, miradas y gestos. Tanto nos conocemos que sabemos cómo va a reaccionar el otro luego de cada pisada. Tanto te conozco que sé distinguir los gritos de amor que me transmite tu mirada cada vez que me miras. Y vos sabes distinguir mis desvíos como estrategia de protección de mi corazón a nuevas heridas que no estoy preparada para recibir. Y yo sé dejar pasar los días exactos hasta que estés listo para volver a encontrarnos. Y vos sabes esperar mis señales cuando yo quiera volver a encontrarte. Y yo sé buscarte, y vos sabes buscarme. Y yo sé que querés y que no. Y vos sabes que me gusta y que no. Y yo sé que te enoja y que no. Y vos sabes que me alegra y que no.
No me importa que alguien más que vos lo sepa, no me importa que nadie lo logré entender jamás, no me importa lo que digan.
Vos estás, y yo estoy, y sólo nosotros podemos decidir nuestro presente.

..porque ni mil botellas al sol
brillan tanto como tus ojos al hacerlo..

domingo

Mientras bailamos tangos fatales...

Siempre preferí saber la verdad, por más que duela. Por miedo a lastimar, a cambiar las cosas, a que se tomen decisiones que no nos gusten, usualmente, las personas tienden, (y me incluyo porque lo he hecho sin desearlo conscientemente), a no mostrar todas las cartas, y a decidir cuál es la verdad que mostramos y cuál no. Desde mi punto de vista, limitamos al otro a poder decidir por nosotros mismos si queremos seguir jugando o no. Siempre se generan especulaciones, ilusiones, expectativas con respecto al otro. Y honestamente lo digo, siento la necesidad de saber siempre la verdad. Por más de que no me guste, de que me duela, de que las cosas cambien. Yo elijo saber la verdad. Todas las personas que me conocen pueden dar fé de esto. Una vez que descubro algo que no sabía, soy capaz de mover cielo y tierra para enterarme de la totalidad de los hechos, detalle por detalle, con puntos y comas incluidos. Puedo pecar de masoquista, egoísta, y hasta podría relacionarlo con mi debilidad por tener todo bajo control, pero soy consciente de esto, y no deseo cambiarlo. Una vez que sé todo, yo veo que hago con ese dolor, y si decido seguir en juego, allá yo, me hago cargo de las consecuencias. No siempre sale bien, lo sé. Mi alma guarda miles de cicatrices, muchas de ellas debido a mis decisiones, erróneas o no, pero que hoy en día dan cuenta de lo que soy y de lo que aprendí. Pueden existir personas que prefieren vivir sólo con su verdad, que no les gusta enterarse de todo lo que sepan que les va a hacer mal. Y lo respeto, te juro. Es su elección no querer enterarse de algo que seguramente los va a lastimar. Porque, seamos claros, si no te lastima, no hay drama de que te enteres, o ¿no? Yo propondría un debate estricto sobre este tema, sobre las elecciones de cada uno, el respeto del otro en cada decisión, en cualquier relación que se vaya a llevar a cabo. Está claro que una vez planteado, no voy a recurrir de nuevo a este tema, yo doy por sentado que me vas a respetar y me vas a decir todo lo que tengas que decirme, sin miedo a que me aleje para siempre. Y doy por entendido que aunque a mí me parezca que tus ojos están rogando a gritos la verdad, te voy a respetar y voy a callarme, salvo que me lo pidas vos.
Y TODAS LAS RUINAS ENTRAN A BRILLAR,
ES TU SUEÑO QUIEN LLEVA LOS HILOS.
Y LLORAR DE NUEVO YA NO TE HACE MAL,
Y UN DOLOR TE MANTIENE AHORA EN VILO.