Abre los ojos, sin noción de que todavía los tiene abiertos. Los cierra, y los vuelve a abrir. Y así, dos o tres veces, hasta que cae en la cuenta de donde se encuentra. Un rayo de sol primaveral se escurre entre el mínimo espacio que separan a la cortina de la ventana. Mira a sus costados. Un día más. Un día más en el que despierta sin todavía despertar. Un día más que en sus costados, solo yacen sábanas lisas y vacías. Un día más sin otro cuerpo a su lado, un día más de tantos que quedan por venir. Tiene la humilde ilusión de un día prometedor. La misma ilusión de todas las mañanas. Esas mismas mañanas, en las que abre los ojos, los vuelve a cerrar, y al abrirlos nuevamente mira a sus costados, y nada. Se levanta con esa ilusión como motor compañero durante todo el día que le queda por delante. Busca en su silla, la ropa que dejó preparada desde la noche anterior. Esa silla, que parece ser la única compañera fiel todas sus mañanas. La ropa, que dejó arriba de la silla, la noche anterior. Esa noche anterior que terminaba con la ilusión de que hoy sería un día más prometedor que ayer. (...) Y así, todos los días. Todas las mañanas y todas las noches. Esas mañanas que prometen tanto, esas noches que pinchan todo globo existente que pueda a llegar a tener al despertar. Ese día ya está. Hoy ya fue. Queda mañana. Y mañana, y mañana. ¿Pero habrá alguna mañana prometedora que termine con una noche cumplidora? Ese día ya pasó. Y al recordarlo antes de cerrar los ojos ya estando en su cama, piensa, que no fue tan largo el día. Los días, que al pasar, y al otro día recordarlos, no parecieron ser tan padecidos. Pero en realidad, sí. Esos días en los que todo es rutinario. Nada cambia. ¿Algún día cambiará?
lunes
viernes
Quiero..
Más allá de la ignorancia que tienen algunos de creer que es posible pasar del 31 de diciembre al 1 de enero, y cambiar (aparte de año) todo lo que quieras cambiar, en tan sólo dos milesimas de segundo. Yo creo que terminé un año re triste, que no fue tan malo en su totalidad, pero con sus momentos bajos más a último momento, y recibí otro con una sonrisa automática, en solo cuestión de segundos. No sé si será símbolico el cambio de año. No sé si será un cambio de día como los de los restantes 364 días. No sé si en serio uno espera el cambio de año para proponerse distintas cosas, para cambiar, para escucharse a sí mismo, o si tiene que ver con la idea de cerrar estapas y abrir nuevas, de terminar un año y empezar otro con distintas proyecciones e ilusiones por cumplir. No sé, para cerrar etapas tenemos el tiempo que nosotros le querramos dar. Pero si sé, que caí en la cuenta de que se puede cambiar si uno quiere, y sé puede hacer lo que uno quiere hacer, y no lo que a los demás les gustaría. Al fin y al cabo, yo sola puedo saber que me hace feliz y puedo luchar por eso. Es como un poco absurdo haber esperado el cambio de numerito de año, para darme cuenta de esto, estaría siendo parte de la ignorancia símbolica del cambio de año. Pero bueno, si esta ignorancia símbolica da buenos frutos, no lo veo tan mal. Sigo creyendo igual, que el año realmente va a arrancar, cuando vuielva de mis vacaciones merecidas del 2008 largo y trabajoso, cuando hayamos descansado lo suficiente y estemos con las pilas cargadas para este 2009 que se viene por delante. Igualmente quiero tener muchos más proyectos y cosas por lograr que los años anteriores. Quiero tener más fé en que voy a poder lograr lo que me proponga, es más, pienso no perder esa fé. Quiero cambiar. Quiero buscar soluciones más efectivas. Quiero alejarme de a poco de lo que no me guste, y acercarme a lo que sí. Quiero decidirme. Quiero olvidar lo que se tenga que olvidar. Quiero recordar todo lo que tenga que recordar. Quiero dejar de llorar por lo que no pudo ser. Quiero sonreír por todo lo lindo. Quiero dejar atrás todo lo malo. Quiero darle la espalda a lo que no me hace bien. Quiero hacer lo que yo tenga ganas. Quiero elegir yo mi camino. Quiero tropezarme y volverme a levantar, sin mirar atrás. Quiero elegir caminos errados, y otro más acertados. Quiero equivocarme. Quiero aprender. Quiero aprender de mis errores. Quiero aprender de mí. Quiero aprender de los demás. Quiero enseñar. Quiero olvidarme del deber, y acordarme más del querer. Quiero perdonar. Quiero pedir perdón. Quiero experimentar cosas nuevas. Quiero seguir haciendo cosas viejas. Quiero viajar. Quiero reírme hasta que me duela la panza. Quiero pasar mucho tiempo con mis amigos. Quiero abrazar. Quiero ayudar. Quiero disfrutar. Quiero gritar. Quiero cantar. Quiero saltar.
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Y TODAS LAS RUINAS ENTRAN A BRILLAR,
ES TU SUEÑO QUIEN LLEVA LOS HILOS.
Y LLORAR DE NUEVO YA NO TE HACE MAL,
Y UN DOLOR TE MANTIENE AHORA EN VILO.
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Y LLORAR DE NUEVO YA NO TE HACE MAL,
Y UN DOLOR TE MANTIENE AHORA EN VILO.