Palabras. Son palabras las que me faltan. Son palabras las que dan vueltas como a la velocidad de una calesita fuera de control, pero dentro de mi cabeza. Sin parar, sin respiro, sin orden, sin voluntad para armar una frase concreta y madura, y poder decirte todo lo que pienso. Palabras. Palabras son las que me harían falta para explicarte como me siento. Palabras, que no se donde están. Palabras que no encuentro. Palabras que no me son fáciles de pronunciar. ¿Cómo hacer para que me entiendas? ¿Cómo hacer para que no te vayas? ¿Cómo hacer para no espantarte con todo lo que mi cabeza piensa, y a la vez, mi boca no puede decir? Esas palabras que sé, que si no las digo, voy a perder el turno, y todo lo que pude haber dicho, no va a valer la pena en la otra vuelta. Esas palabras, que por miedo a encontrarlas, se esconden cada vez más. Esas palabras que intentan escaparse de mi mente, y no encuentran todavía la posibilidad de ser pronunciadas. Esas palabras que no querés escuchar. Esas palabras que no quiero escucharme decir. Las mismas palabras que en el tiempo y lugar indicados, hubieran evitado tantos accidentes, que hoy inútilmente intentamos reparar. Las mismas palabras que ninguno de los dos tiene el valor de afrontar. Esas palabras. ¿Dónde están?
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