domingo

Te extraño.

Te extraño. Todos te extrañamos. Pero yo te extraño más. Porque yo lo siento así. Porque aunque suene muy egoísta, caprichosa, posesiva, te quiero conmigo. Porque todavía no caigo en la cuenta. Todavía no creo, ni quiero creer, que te fuiste hace casi un año. Porque a partir de ese momento, las cosas cambiaron mucho, todos cambiamos mucho, yo cambié mucho, y no estás vos. Te extraño. Te extraño, y de lo único que tengo ganas, es de llorar y gritar al viento ¿por qué a vos?. Te extraño y te necesito. Porque quiero volver a recorrer esa casa, traspasar los pasillos internos corriendo, cruzar esa puerta que da hacia el patio, y encontrarte ahí, sentando en la sombra, con la radio prendida, leyendo el diario, o mirando el cielo... Porque quiero escucharte opinar sobre el tiempo o las noticias de último momento. Porque quiero escucharte hablar de tus anécdotas con tanta pasión. Porque quiero verte emocionar, cada vez que me repetís con la misma euforia, esa hermosa historia de tu vida. Porque te necesito acá conmigo, para que sonrías con mis logros, y me abraces cada vez que lloro por mis fracasos. Para que me ayudes a seguir adelante, y nunca bajar los brazos. Te extraño, cada día más, y a la vez, creo que no es posible extrañarte más. Porque todo me hace acordar a vos. Porque no hay cosa, por más simple o vulgar que sea, que no me haga recordar alguna de tus frases. Porque la última vez que te vi, supe que era nuestra despedida, y no quise aceptarlo. Porque todavía me cuesta afrontar el que no estés acá. Porque te sigo viendo en todos mis sueños. Porque hay miles de cosas que me encantaría contarte, y se que estarías orgulloso de mí. Porque te necesito, y te extraño, y no sé si tu recuerdo está limpio en los demás, pero en mi corazón seguis siendo la persona más increíble y maravillosa que conocí. Te extraño, y a veces tengo miedo de haber derrochado el tiempo, de no haberte aprovechado lo suficiente cuando te tenía cerca. Te extraño, y tengo la mínima ilusión, de que, estés donde estés, seguis mis pasos, sin perderte nada, sin sacarme la vista de encima, sin dejarme sola. Porque se acerca tu cumpleaños, y no sé si voy a poder sobrevivir a ese mar de llanto que se aproxima con ansias. Te extraño Tito. Y te juro, que todavía, no entiendo como pasó todo.

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Y TODAS LAS RUINAS ENTRAN A BRILLAR,
ES TU SUEÑO QUIEN LLEVA LOS HILOS.
Y LLORAR DE NUEVO YA NO TE HACE MAL,
Y UN DOLOR TE MANTIENE AHORA EN VILO.