Cuando pienso que ya no hay nada más que me pueda llegar a pasar, que tengo todo bajo control, que esos pensamientos no volverán a visitarme, por varios días... ellas surgen. Nuevas situaciones. Nuevas reacciones. Nuevos paradigmas. Nuevas reflexiones. Nuevas soluciones. Nuevos cambios. Me enfrento a una nueva situación, se para ante mi un nuevo paradigma. Jamás antes visto. Jamás antes vivido. Pienso y re-pienso mis actos del pasado, intento encontrar la solución que alguna vez me pudo haber sacado de situaciones similares, algún que otro aprendizaje que me haya dejado alguna marca, pero no. Es una nueva situación que tengo que afrontar, después de la angustia, la bronca y la impotencia que me recorren el cuerpo, para que ratos más tarde llegue la solución. Y con ella el cambio. Diferentes personas, diferentes situaciones. Diferentes reacciones. Diferentes paradigmas. Diferentes soluciones. Por ende, diferentes cambios.
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