Cansada de este año que no se termina más. Cansada de la gente hipócrita. Cansada de la gente que espera a verte con las defensas bajas para tirarte una por una las palabras hirientes como cuchillos afilados, viendo como te desangras gracias a tus pocas fuerzas de seguir aguantando todo eso. Cansada de darme cuenta que la persona que tenía sentada al lado, termina siendo otra muy distinta a la que imaginaba. Cansada de que esa gente me sorprenda día a día. Cansada de que si te molesta algo, no puedas decir 'me molesta tal y tal cosa' sin que te miren raro como diciendo 'no te podes enojar por esto'. O sea hola, primero, quién dice por qué me puedo enojar y por qué no? Segundo, no todos sentimos lo mismo, ni nos molesta lo mismo, ni nos enojamos por lo mismo. Sería re triste que todos tuvieramos el mismo enojo o satisfacción por las cosas. Onda.. 1, 2, 3, ya!, todos enojados, un bajón! Cansada además, de ser la única estúpida que dice las cosas cuando le molestan, en ese momento, sin esperar otro momento para decir y manifestar mi enojo. Será que yo no espero a que la persona este por desbordar de cosas habidas y por haber, y no espero a ser la ultima puñalada que la hace estallar como un tomate contra una pared. (Estaría bueno que fuera recíproco). Cansada de que busquen el momento justo para decir lo que molesta, cuando las cosas pasaron 1548564 iguales, y en ese momento se callaron bien la boca. Cansada de tantos. No sé si será la época del año, la sobredosis de cosas negativas, la poca tolerancia y paciencia que tengo ya a esta altura hacia cualquier cosa , el cansancio que a medida se hace más acumulable o que, pero llegue a un momento en el que siento que no doy más. No sé cuanto tiempo más voy a aguantar esta angustia. Porque de tanto cansancio, se genera bronca hacia lo/los que produce/n este estado de saturación pleno. Lo que hace que esa bronca, termine llevandome a reflexiones, que después de pocas sumas y varias restas, me da un resultado negativo con mi persona. Lo que por último me termina desembocando en una gran angustia. Espero no salpicar a nadie inocente. Por las dudas corranse de al lado mío, gracias :) No me hago responsable de sus daños y perjuicios, yo avisé.
martes
miércoles
Noche de paz
Si por casualidad, que Papá Noel no exista, que no exista ningún gordo de barba blanca y traje rojo que baja por la chimenea, y que los culpables de no tener el regalo que nos merecíamos por portarnos bien, fueran nuestros queridos padres, no alcanzaba para ganarse el premio a la mentira más grande, todavía queda chances para los que llaman a la navidad, una noche de paz. Porque a mí lo que menos me genera, es paz. Por motivos personales, que la mayoría que me conoce debe sabérselos de memoria ya, mis navidades hace varios años dejaron de ser pacíficas. Siempre hay algo que me termina cagando la noche, o amargando, o lo que fuere. Y este año no va a ser menos obviamente. Empezando porque termino de trabajar a las 20 y tengo que ir hasta Moreno en tren, y obviamente cuando llegue, ni rastros de la ensalada rusa… Y, si hay algo que me rompe soberanamente los ovarios, es la maldita hipocresía, falsedad, cararrotez, como quieran llamarlo, de las personas que no se pueden juntar a hablar ni del clima dos minutos, pero en navidad, si, en navidad, hola feliz navidad!, si, feliz navidad para vos también. O sea hola, ni nos caemos bien ni nos queremos ver las caras, pero te tengo que decir feliz navidad? Más allá de la creencia o no en la navidad, en el nacimiento de no se quién, y de la noche de paz, me sigue pareciendo toda una falsedad, celebrar algo que ni siquiera sabemos que es, pero, ojo! No sé que es, ni a quien se le ocurrió, ni tampoco sé cuanta gente se llena los bolsillos vendiendo tantas pelotudeces como arbolitos último modelo, adornitos para la chimenea, apoya-vasos con la cara de Papá Noel y platos especiales para los confites, otro para las almendras y otros para el turrón, pero cheeeeeee, no digamos eso, está bueno porque nos regalan cosas, puuuf. Si, o sea, a vos te regalan cosas, y a los nenes que no tienen comida en todo el año, también obvio, ¿te pensas que no? les regalan un pan dulce para noche buena. O sea, se piensan que con un pan dulce podrido lleno de frutas secas asquerosas y una botella de sidra les sacias el hambre y la miseria de 364 días restantes? Es realmente triste que cuando llegan estas épocas tapen todo con un feliz navidad, o con arbolitos horribles y cachivacheros adornando la ciudad. Cuando en realidad, el mundo se está muriendo igual, sea navidad, reyes, pascuas o el día del perfumista. (Majo la ligaste vos, pero no es nada contra tu día jajaja) No está bueno que nos acordemos de los que no tienen para comer, justo en esta insignificante noche de diciembre, a la que llaman noche de paz. Estaría buenísimo, que si eso significa una noche de paz, un pan dulce en la mesa, una cena con familiares o amigos, sea todos los días, no una vez al año, ni “cuando nos acordamos”. Pero así es con todo, siempre buscando alguna excusa para tapar agujeros, que por más que los tapes, tarde o temprano se agrandan, y nos terminan tapando a todos. Por mí parte sigo odiando la navidad, sigo odiando los 355641254 mails masivos deseándome feliz navidad -o sea hola, si querés desearme feliz navidad llamame a mi, a mi casa, a mi celular, mandame una carta, pero a mi, no a mi y a todos tus amigos, y no esperes un igualmente como respuesta, porque no creo en la navidad-, sigo odiando tener que saludar a los clientes con un falso “...y que pase unas felices fiestas”. Dejémoslos tranquilos, dios mío! Si quieren pasar unas aburridas fiestas, sin regalos ni acompañantes esta en todo su derecho pobre señor cliente (yo lo banco, y sé que varios sonrieron cuando me escucharon decir eso..) Igualmente, supongo que con el tiempo este odio se me irá pasando, y cuando tenga hijos, viviré nuevamente la misma mentira, pero con ellos, un poco más feliz de verlos sonreír con tanta falsedad navideña. Esta navidad por lo menos me conformo con que mi minuto de paz, sea cuando vea sonreír a mi ahijada cuando abra los 548428482 que le trajo Papa Noel como todos los años. Ella si que me da paz, con su sonrisa.
martes
Locura
Con una sonrisa como escudo, y una alegría contagiadora para él que se atreviera a contagiarse, él sonreía, y a la vez, les regalaba con cada sonrisa, un rayito de sol, a cada ciudadano, como él, como vos, como yo, como cualquier otro, que pasara por la misma baldosa. Pero ellos no. Ellos no le regalaban nada más que una mirada indiferente al pasar, algún que otro ‘¿Córrete querés?’, o con suerte, algún inocente ‘No, gracias, no tengo plata’. Pero no se daban cuenta que a él solo le bastaba con una sonrisa como respuesta, con algún guiño de ojo, alguna que otra carcajada inocente de un niño, o alguna mueca de complicidad de alguna muchacha de piernas lindas. Como todos los días, como todas las mañanas, amanecía muy temprano, para no perderse ni un minuto del resplandeciente sol primaveral, abría su florería, y elegía las mejores flores para regalarle a los demás. ‘Buenos días señora’, ‘No tan buenos para algunos’, ‘Pero miré si no va a ser bueno, con tan linda mañana’ y la señora, como la mayoría de las señoras, lo dejaban hablando solo. Y acá iba de nuevo el hombre primaveral, ‘Buenos días bella dama, le regalo una flor no tan bella como usted’. ‘No, gracias, no tengo plata’, ‘Es un obsequio en honor a su belleza, vamos, acéptelo... se la regalo a usted, como a usted.. señor, para la solapa de su saco’ ‘No nene, no estoy para estupideces’, contestó enojado el señor mientras lo empujaba con su maletín pesado. Él ya estaba acostumbrado a derramar palabras, como una regadera humedeciendo el tiempo con su ‘buen día señor, buena señora, que bella mañana…’ y obtener como respuesta el enojo, la sonrisa burlona, algún que otro empujón, o la simple indeferencia de la gente que pasaba a su lado, como la de la bella dama, que segundos antes, había aprovechado el enojo del señor con maletín, para mezclarse nuevamente entre la gente sin decir adiós. Yo, que caminaba un poco alejada del centro de la escena, supe desde que lo vi, mientras doblaba en la anterior esquina, que lo conocía. Era el mismo señor que desparramaba esperanza, alegría y primavera con cada ‘buen día’ que salía de su boca. Y alguna que otra vez, lo había visto hablando solo, cantando solo, sintiéndose solo, como todos, seguramente, alguna que otra vez, nos sentimos solos. Una nena, un poco más apurada que yo por llegar a la esquina, corrió desesperadamente para no perderse la flor que mi amigo el florista, obviamente, le iba a querer regalar. Del brazo de ella iba arrastrada la madre, que le gritaba un poco resignada, sabiendo que la nena no la iba a escuchar, ‘¡Hija, vení!, ni se te ocurra agarrar una flor de ese señor extraño que no tengo ni un peso’, ‘Ay, dale mamá, vamos que se le van a acabar las flores’. ‘Buen día linda’ le dijo el florista al ver llegar a la nena tan emocionada por una flor. ‘Hola, ¿cómo te llamas?’, le preguntó la nena. ‘Yo soy Juan, ¿vos cómo te llamas preciosura, y como se llama la madre de esta niñita?’. ‘Vamos nena, que se nos hace tarde, no tenemos tiempos para estas cosas’, argumentaba la madre. ‘Yo me llamó Lucía, y quiero ser tu amiga. ¿Puedo ser tu amiga? Porque vos le regalas flores a tus amigos, ¿no?’ ‘Si, yo le regalo flores a la gente, y la gente es mi amiga, todos son mis amigos, los viejos, los jóvenes, los chicos, los niños como vos, los árboles, los pájaros y las palomas también. Además es primavera, y para que sirve que sea primavera sino llevas una flor en la solapa, en la mano o en el pelo?’ ‘Entonces, yo también soy tu amiga. En la plaza yo me hago amiga de todos los chicos. En cambio, los grandes son diferentes, ¿no, mamá?’. ‘A veces hija, a veces… Vamos que se nos hace tarde y papá se va a enojar.’ A veces, o casi siempre, por desgracia. Y creo que tengo un poco la inocencia de Lucía, de pensar que no es siempre, sino casi siempre. La gente lo puede llamar, ‘el loco que dice buen día’, pero es uno de los pocos que lleva una flor en el ojal en primavera, y una sonrisa como maquillaje. Y en vez de tener los ojos empañados de envidia, de tristeza, de rencor...los tiene abiertos y hondos, reflejando tanta claridad, más claridad y transparencia que la del mar. Envidia tendrían que tenerle a él, la gente que no le acepta ni una sonrisa, la gente que está más preocupada por su reloj, que por ser feliz. Las personas grandes para ser amigas de alguien, tienen que responder un complicado cuestionario lleno de signos y de números. No pueden decirle 'buen día' a la gente que se cruza con ellas por la calle porque la gente se sorprendería... y las llamaría locas, como al hombre de los ojos de niño que le va cantando al sol y a la ternura, estremecido por la alegría de vivir. ¿Pero, loco? ¿Loco, por qué? ¿Por qué amanece con una sonrisa? ¿Por qué quiere compartir su felicidad con los demás? ¿Por qué no muestra en su cara resignación, luego de tantas miradas desencontradas que le devuelve la gente? ¿No es más loco, un señor con sombrero, traje, y maletín, un día tan lindo, con el sol tan radiante? ¿Cómo va a ser loco un hombre que regala flores y saluda por las calles? ¿Cómo va a ser loco un hombre que ama a la gente, a los perros, a los gatos, a los pajaritos y sonríe porque el sol es redondo y amarillo? Locos... somos los otros; los que miramos con angustia los relojes, los que no estrechamos las manos de cualquiera, los que ponemos un vidrio de distancia entre nosotros y los demás, con la excusa de "protegernos". ¿Protegernos? ¿Protegernos de qué? ¿No será temor? Temor a dar algo a los demás, sin siquiera esperar algo a cambio. Temor a no pensar lo mismo, a ser diferentes. Temor a demostrar lo que sentimos. Temor a amar, a que nos llamen locos. . .
=)
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Y TODAS LAS RUINAS ENTRAN A BRILLAR,
ES TU SUEÑO QUIEN LLEVA LOS HILOS.
Y LLORAR DE NUEVO YA NO TE HACE MAL,
Y UN DOLOR TE MANTIENE AHORA EN VILO.
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Y LLORAR DE NUEVO YA NO TE HACE MAL,
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